La piel infantil debe protegerse al máximo de la radiación solar, sobre todo antes de los dos años de vida. Después, pueden usarse fotoprotectores solares tópicos.
Los os mecanismos de defensa de la piel de los niños, especialmente los menores de 3 años, son menos eficaces que los de los adultos ante la radiación del sol, lo que les hace más susceptibles al daño solar. Además, población infantil recibe más radiación solar que los adultos ya que hacen más actividades al aire libre. Por ello, además de extremar las precauciones, Júlia María Sánchez i Schmidt, jefa del Servicio de Dermatología del Consorci Sanitari de Terrassa, Barcelona, aconseja intentar que el hábito de fotoprotección se adquiera «desde el día del nacimiento».