La ampliación del uso de los anticoagulantes de acción directa permitiría mejorar el control de los pacientes anticoagulados y reducir el riesgo de ictus.
La mitad de los pacientes anticoagulados en España con antagonistas de la vitamina K continúan mal controlados, lo que eleva su riesgo de presentar un ictus u otro tipo de eventos cerebrovasculares. Extender el uso de los anticoagulantes de acción directa permitiría corregir esta situación.