Luis Cristóbal Capitán y Javier Arias desvelan las dificultades a las que se enfrentan los médicos para ser docentes
Convertirse en catedrático de Medicina antes de los 40 años es una auténtica hazaña digna de película de ficción. El proceso de acreditación, los estrictos requisitos de investigación y la escasa oferta de plazas hacen que el camino sea largo y, en muchos casos, desmotivador. Esta es la situación por la que la mayoría de los catedráticos que se pueden encontrar en las facultades de todo el país superan la cuarentena. Además, a esto se suma una cuestión económica: la docencia universitaria no siempre es la opción más atractiva para los médicos jóvenes, que pueden encontrar mejores condiciones en el sector privado o en la sanidad pública asistencial.
