El Profesor Serafín Sánchez Gómez es Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Salamanca, Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sevilla, Diplomado en Gestión Sanitaria por la Escuela Andaluza de Salud Pública y Experto Universitario en Gestión Sanitaria por la Universidad de Granada.
Actualmente es el Jefe de Servicio y Director de la Unidad de Gestión Clínica de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla y Profesor Asociado de Otorrinolaringología de la Universidad de Sevilla.
Es el actual Presidente de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) y anteriormente había sido Presidente de la Comisión de Formación de la SEORL-CCC.
Es Director de 2 Programas de Formación Continuada en Otorrinolaringología acreditados por la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía (Formación por Simulación en Otorrinolaringología e Innovaciones Quirúrgicas en Otorrinolaringología). También es Director y Profesor de 15 Actividades Formativas anuales de Educación Médica Continuada en las áreas de Conocimiento de Otorrinolaringología, Tecnologías de la Información y Comunicación aplicadas a la Gestión Clínica, Innovaciones en la Metodología de la enseñanza, Realidad Virtual y Realidad Aumentada aplicadas a la Otorrinolaringología y Simulación para el Aprendizaje Quirúrgico, todas ellos también acreditadas por la ACSA. Desarrolla una importante actividad en Innovaciones Docentes y Metodologías de Enseñanza y Aprendizaje, especialmente en su participación en el diseño, desarrollo e implantación de plataformas educativas y portafolios electrónicos de ámbito autonómico (PORTALEIR, de la Consejería de Sanidad de la Junta de Andalucía) y nacional. / Internacional (FORMIR, de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello y la Academia Iberoamericana de Otorrinolaringología). Por este último trabajo recibió la Medalla de Plata de la Sociedad Española de Otorrinolaringología (Valencia 2010).
Sus campos de investigación son Otorrinolaringología, Rinología, Implantes Cocleares, Variabilidad de la Práctica Clínica (Investigador Principal del Grupo de Investigación CTS 935) y Metodologías de Enseñanza Orientadas al Aprendizaje. Ha publicado 9 libros y participado con capítulos de otros 18 libros. Ha publicado 93 artículos en revistas científicas relevantes y presentado 382 trabajos en Congresos. Ha dirigido como investigador principal 15 proyectos financiados por organismos oficiales regionales y nacionales, 3 de ellos del FIS. Ha sido Investigador Principal de 22 Ensayos Clínicos, 7 de los cuales se encuentran actualmente en ejecución.
¿Qué nos puede decir de la especialidad de otorrinolaringología? ¿Cómo está el estado de salud de la propia especialidad?
Respuesta.- La especialidad de otorrinolaringología está viviendo un momento brillante. Ha evolucionado de manera extraordinaria durante las últimas décadas por la incorporación de innovaciones tecnológicos y por la mejora de las técnicas quirúrgicas. Se han introducido nuevos métodos diagnósticos basados eminentemente en la endoscopia y en la sofisticación de las pruebas audiológicas, del vértigo, de la exploración del sueño, del olfato, de la voz. Las técnicas de imagen forman parte de los mayores avances que hemos conocido por su asociación con la cirugía guiada por imagen mediante navegadores y también por la implantación de la cirugía virtual y la realidad aumentada. Los implantes cocleares y los implantes audiológicos de todo tipo ya no constituyen tecnologías revolucionarias innovadoras, sino que forman parte cotidiana de la práctica asistencial. El protagonismo de los otorrinolaringólogos en el campo de las soluciones audiológicas con implantes otológicos destaca por liderar redes de profesionales multidisciplinarios ubicados en diferentes áreas geográficas para facilitar la integración social, familiar y laboral de las personas sordas. La cirugía robótica ha irrumpido de una manera intensa en muchas áreas quirúrgicas, permitiendo incluso cirugías miniaturizadas como está ocurriendo en la cirugía del oído y la cirugía del implante coclear.
Por otro lado, el prestigio de la especialidad ha crecido entre los jóvenes graduados en Medicina y estamos asistiendo a un progresivo interés en la elección de la especialidad de Otorrinolaringología en el MIR. La propia Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello está apreciando este empuje, ya que prácticamente la tercera parte de sus socios son menores de 35 años y con una extraordinaria participación en sus actividades formativas, investigadoras y científicas de todo tipo.
¿Cómo coordina la Presidencia de la sociedad con la Jefatura del Servicio del Virgen Macarena, en Sevilla, y a la vez, ser profesor asociado de la Universidad de Sevilla? Suponemos que no tendrá mucho tiempo libre…
Respuesta.- Creo que es cuestión de gestionar bien el tiempo y de aprovecharlo de manera eficiente. No dejo nunca asuntos para después o para mañana, sino que intento resolverlos lo más pronto posible. De esta manera no tengo la percepción de que me quedan cosas por hacer. También dedico un tiempo importante para pensar en el diseño de los procesos antes de llevarlos a cabo. Creo que este tiempo de pensar es el mejor empleado, porque posteriormente se facilita el desarrollo de las actuaciones, muchas de las cuales llegan a automatizarse.
Uno de sus hitos profesionales se centra en la coordinación del Programa de Implantes Cocleares en el Hospital Virgen Macarena. ¿Qué nos puede contar sobre los implantes cocleares, y sobre este programa?
Respuesta.- Los implantes cocleares consiguen proporcionar la audición a personas sordas de cualquier edad. Hasta ahora, los programas de implantes cocleares se habían centrado en la población infantil, lo cual es lógico por la necesidad de integrar en el mundo de la comunicación oral a los niños y niñas que nacen sordos para facilitarles el desarrollo del lenguaje y su integración escolar. La amplia cobertura de la hipoacusia infantil con los programas de implantes cocleares y la evolución de la sociedad con la disminución de los nacimientos hace que en el Hospital Virgen Macarena estemos centrándonos en las personas mayores. Cada vez tenemos una esperanza de vida mayor, sobre todo en España, y la pérdida de audición como motivo de la edad o por otras circunstancias otológicas que ocurren durante la vida, está condicionando el aumento de la prevalencia de problemas de audición en las personas mayores y que no se resuelven con audífonos. La implantación coclear en este grupo de edad no solamente facilita la comunicación, sino que se ha demostrado como la solución para sacar a estas personas del aislamiento social y la depresión que les provoca su sordera, y se puede evitar el deterioro cognitivo condicionado por la hipoacusia. Desde el Hospital Virgen Macarena hemos instituido la Red de Implantes Cocleares de Andalucía Occidental, en la que agrupamos a todos los profesionales que atienden a personas sordas con implante coclear que residan en alguna de las localidades de las provincias de Sevilla, Córdoba, Cádiz y Huelva para las que actuamos como centro de referencia. La Red integra a profesionales del sector salud, pero también del sector educativo y del sector de asuntos sociales y que está constituida por otorrinolaringólogos, enfermeras de audiología, logopedas, pediatras, audioprotesistas, maestras de audición y lenguaje, logopedas escolares y trabajadores sociales. Contamos con la figura innovadora de Coordinación de la Red, que es un profesional de nuestro Servicio de Otorrinolaringología que actúa de ventanilla única para todos estos profesionales, para los propios usuarios de implantes cocleares y para sus familias. Resuelve en menos de 48 horas las demandas de atención por problemas técnicos de los dispositivos y dirige las actuaciones clínicas necesarias para la detección de necesidades de programación o de atención otorrinolaringológica.
«La alteración del olfato es un fenómeno común en múltiples patologías no neurodegenerativas, como las provocadas por los coronavirus (incluido el SARS-CoV-2), y enfermedades inflamatorias nasosinusales como la poliposis nasal, que pueden producir hiposmia o anosmia de forma transitoria o crónica»
Según un estudio realizado en el Hospital General Brigham de Massachussets (Boston), en EE.UU., un sencillo test casero de olfato que podría detectar los primeros signos de Alzheimer… ¿Qué nos puede contar al respecto?
Respuesta.- Sí, un grupo de investigadores del Mass General Brigham (afiliado a Harvard) ha desarrollado una prueba domiciliaria de olfato capaz de detectar precozmente alteraciones cognitivas sutiles asociadas a la enfermedad de Alzheimer. Los resultados del estudio, publicados en Scientific Reports, indican que este tipo de pruebas olfativas podría anticipar signos de deterioro neurodegenerativo incluso antes de que se manifiesten los síntomas de pérdida de memoria. El Aromha Brain Health Test que han desarrollado se basa en la capacidad del usuario para identificar, discriminar y recordar olores distribuidos en una serie de tarjetas aromáticas. La prueba ha sido diseñada para autoadministración en el hogar, con el fin de facilitar la detección precoz sin necesidad de equipamiento especializado.
No obstante, este prometedor avance debe contemplarse con cautela, ya que presenta limitaciones significativas en su aplicabilidad clínica y poblacional. Por un lado, sabemos que existe una variabilidad cultural y sensorial que condiciona el reconocimiento de olores, puesto que depende estrechamente del entorno cultural, la dieta y la experiencia individual. Aromas familiares en una región pueden resultar desconocidos o confusos en otra, lo que condiciona la validez de la prueba fuera del contexto en el que fue diseñado. La prueba requiere aproximadamente 45 minutos de atención continua, lo que puede resultar problemático en personas con alteraciones de la atención o limitaciones cognitivas. Su administración sin supervisión profesional plantea el riesgo de errores, lo que respalda la conveniencia de implementar sistemas de telemedicina síncrona con la participación de profesionales sanitarios que acompañen la ejecución en tiempo real.
Por otra parte, la alteración del olfato es un fenómeno común en múltiples patologías no neurodegenerativas, como las provocadas por los coronavirus (incluido el SARS-CoV-2), y enfermedades inflamatorias nasosinusales como la poliposis nasal, que pueden producir hiposmia o anosmia de forma transitoria o crónica. Este solapamiento reduce la especificidad de la prueba como marcador aislado de deterioro cognitivo, y exige un juicio clínico cuidadoso para interpretar los resultados en el contexto de la historia médica del paciente.
El pasado mes de noviembre, el doctor Andrés Soto, jefe de otorrino del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, declaro que «el oído se cuida evitando el alcohol, el tabaco y la exposición a ruidos intensos»… ¿Cuál es su opinión al respecto?
Respuesta.- Efectivamente, esta afirmación está plenamente respaldada por la literatura científica actual, que pone el foco en una serie de factores de riesgo modificables que, en conjunto, contribuyen de forma significativa al desarrollo de hipoacusia neurosensorial, particularmente en edades medias y avanzadas de la vida.
Se conoce desde hace décadas la influencia de los factores exógenos en la fisiopatología de la pérdida auditiva. La exposición crónica al ruido, ya sea en entornos laborales (industria, construcción, ejército) o recreativos (música amplificada, uso prolongado de auriculares), constituye una causa bien documentada de daño coclear progresivo. La lesión por ruido genera estrés oxidativo y apoptosis de las células ciliadas, afectando de forma irreversible la sensibilidad auditiva.
A esta amenaza acústica se suman dos elementos tóxicos de alta prevalencia poblacional: el consumo de tabaco y el consumo excesivo de alcohol. Diversos estudios epidemiológicos han correlacionado el tabaquismo activo con un mayor riesgo de pérdida auditiva bilateral, atribuible a fenómenos de microisquemia y disfunción vascular del oído interno. Por su parte, el alcohol, además de sus efectos neurotóxicos generales, puede alterar la neurotransmisión auditiva central y amplificar la vulnerabilidad del sistema auditivo periférico ante otras agresiones.
Desde una perspectiva médica, el mensaje del Dr. Soto adquiere especial relevancia si se contextualiza dentro de una estrategia de prevención primaria y secundaria de la hipoacusia. En primer lugar, informando a los pacientes en la consulta sobre los riesgos del ruido recreativo y los hábitos tóxicos. En segundo lugar, promover protocolos de cribado en poblaciones de riesgo como trabajadores expuestos a ruido y personas mayores fumadoras o con consumo crónico de alcohol. También se debe aconsejar el uso adecuado de tapones o auriculares con cancelación de ruido en entornos ruidosos, ya que es una medida coste-efectiva que debe ser promovida tanto en el ámbito laboral como en el ocio.
Por último, la vigilancia audiológica cobra especial importancia en pacientes politratados, especialmente con fármacos ototóxicos (aminoglucósidos, quimioterápicos), sobre todo si existen antecedentes de hábitos tóxicos o exposición acústica previa.
DESCUBRE A… PROF. SERAFÍN SÁNCHEZ GÓMEZ EN DIEZ PREGUNTAS
¿Qué futuro les aguarda a las personas que vemos con frecuencia que llevan en sus vehículos el volumen de su radio en un nivel absolutamente desproporcionado?
Respuesta.- Las personas que suelen escuchar música a volúmenes muy altos en sus vehículos pueden afrontar varias consecuencias auditivas en el futuro, además de su intención de llamar la atención. La exposición prolongada a niveles de sonido elevados puede dañar las células ciliadas en el oído interno, lo que puede llevar a una pérdida auditiva permanente. Esto es especialmente preocupante si la exposición ocurre de forma continua o en situaciones en las que se superan los 85 decibelios, que es el límite recomendado para la exposición segura. A veces, antes de la hipoacusia, estas personas suelen percibir tinnitus o acúfenos en forma de zumbidos o pitidos en los oídos. Con el tiempo, quienes escuchan música muy alta pueden volverse más sensibles a los sonidos, aumentando la incomodidad o el dolor al escuchar ruidos que antes no les molestaban.
Hay personas que les gusta ciertas bebidas como cafés o caldos extremadamente calientes; otras, por el contrario, las prefieren muy frías… Suponemos que ninguno de los extremos es correcto para cuidar la garganta.
Respuesta.- Más allá del disfrute que se puede experimentar en estos casos, es cierto que consumir bebidas a temperaturas extremas, ya sea muy calientes o muy frías, puede tener un impacto en la salud de la garganta y el sistema respiratorio en general. Además de irritar la mucosa de la garganta, lo que puede causar molestias, el consumo regular de bebidas muy calientes puede estar relacionado con un mayor riesgo de cáncer de esófago, aunque se necesitan más investigaciones en este ámbito. Las bebidas frías pueden causar contracción en los vasos sanguíneos y, en algunas personas, esto puede resultar en una sensación incómoda o en un dolor de garganta, pero también pueden favorecer la aparición de resfriados o gripe.
¿Qué es la disfagia?
Respuesta.- La disfagia es un síntoma subestimado, pero que tiene un alto impacto clínico, sobre todo porque su prevalencia está en aumento, especialmente entre pacientes neurológicos, oncológicos y geriátricos.
Desde la práctica médica, la disfagia debe ser abordada como un síntoma guía que exige un diagnóstico etiológico preciso, dado que puede reflejar alteraciones en cualquiera de las fases de la deglución: oral, faríngea o esofágica. En función de su localización en el campo de la Otorrinolaringología, y en virtud de su mecanismo fisiopatológico, tiene sumo interés la disfagia orofaríngea, de predominio neurológico o estructural, asociada a enfermedades como el ictus, la enfermedad de Parkinson, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), las miopatías o las secuelas de cirugía oncológica de cabeza y cuello.
La detección precoz de la disfagia y su adecuado manejo representan un reto creciente en contextos de envejecimiento poblacional y multimorbilidad, ya que el retraso en el reconocimiento clínico de la disfagia puede tener consecuencias graves, como desnutrición, deshidratación, neumonía aspirativa o deterioro funcional acelerado, especialmente en pacientes institucionalizados o con enfermedades neurodegenerativas. A ello se suma un importante impacto psicosocial y en la calidad de vida, con implicaciones directas en la adherencia terapéutica y la carga asistencial.
El diagnóstico eficaz de la disfagia requiere el empleo de herramientas específicas como la videofluoroscopia de la deglución (VFD), la evaluación endoscópica con prueba de deglución (FEES), la manometría esofágica de alta resolución y la endoscopia digestiva. En la actualidad, se aboga por un modelo de atención multidisciplinar, con participación activa de otorrinolaringólogos, neurólogos, rehabilitadores, gastroenterólogos, logopedas y nutricionistas clínicos. La individualización de los planes terapéuticos (modificación de la dieta, rehabilitación deglutoria, intervenciones farmacológicas o quirúrgicas) es esencial para mejorar los resultados clínicos y funcionales.
«Hay que mantener una hidratación general adecuada, con una ingesta diaria mínima de 1,5-2 litros de agua repartidos en múltiples tomas, para que se produzca la hidratación sistémica y superficial de las cuerdas vocales y se favorezca una vibración mucosa eficiente. «
¿Qué consejos daría para cuidar la voz?
Respuesta.- Los cuidados de la voz se basan tanto en fundamentos fisiológicos como en la prevención de disfonías funcionales y orgánicas, especialmente en profesionales de alta demanda vocal. Se debe partir del seguimiento de una serie de normas de higiene vocal básica. Hay que mantener una hidratación general adecuada, con una ingesta diaria mínima de 1,5-2 litros de agua repartidos en múltiples tomas, para que se produzca la hidratación sistémica y superficial de las cuerdas vocales y se favorezca una vibración mucosa eficiente. Se deben evitar hábitos nocivos como el tabaco y el alcohol, que son irritantes directos de la mucosa laríngea y factores de riesgo de lesiones benignas y malignas. Es necesario promover ambientes saludables, evitando los ambientes secos, polvorientos o con contaminantes inhalados. Los humidificadores pueden ser útiles en entornos laborales y domiciliarios cerrados.
A la hora de hablar se debe buscar una emisión vocal eficiente, evitando el abuso vocal que se produce al gritar, al hablar en ambientes ruidosos o al forzar la voz, ya que se incrementa la carga vibratoria sobre las cuerdas vocales y favorece la aparición de nódulos o pólipos.
Es imprescindible el calentamiento vocal en las profesiones de elevados requerimientos de la voz, como en docentes, teleoperadores, cantantes o actores. Se debe mantener una postura cervical cómoda y hacer uso diafragmático del aire, que son esenciales para un soporte vocal fisiológico.
Debemos estar atentos para econocer signos de alerta en la voz. Toda disfonía persistente más de dos semanas en pacientes no acatarrados debe ser evaluada por un otorrinolaringólogo, especialmente en personas fumadoras, con objeto de descartar lesiones malignas. También deben ser motivo de consulta al otorrinolaringólogo los cambios en la voz, cuando se aprecien signos de fatiga vocal, inestabilidad tonal o pérdida de proyección, que pueden sugerir disfunción glótica compensatoria o patología incipiente.
¿Qué se puede hacer para que nuestros niños y adolescentes cuiden su voz, sus oídos…?
Respuesta.- Cuidar la voz y los oídos desde la infancia es una inversión en salud comunicativa y sensorial, puesto que la voz y el oído no son solo herramientas de comunicación sino pilares del desarrollo emocional, cognitivo y social. Pero necesitamos ser capaces de trasladar esta preocupación a este grupo de edad, bien conocido por su resistencia a las medidas preventivas que impliquen cambios en sus estilos de vida. En el contexto actual, el uso intensivo de dispositivos electrónicos y la exposición al ruido en entornos de ocio se ha convertido en parte habitual de la forma de vida de niños y adolescentes.
Es importante que podamos transmitir cómo el uso continuado de auriculares con volumen elevado (por encima de 85 dB) y encontrarse expuestos en los conciertos a música muy alta está asociado a un daño coclear acumulativo. Posiblemente este discurso empiece desde la etapa escolar, educando en un uso vocal saludable a través de evitar gritar en el recreo, hablar en exceso en ambientes ruidosos o competir con el volumen de pantallas. Las aulas deben contar también con una acústica adecuada que no obligue a forzar la voz. Los niños también se fatigan vocalmente, por lo que es importante aconsejarles beber agua y respetar los tiempos de reposo vocal para favorecer la recuperación laríngea.
Desde el punto de vista otorrinolaringológico, ante niños con problemas de voz necesitamos también evaluar a sus padres y convivientes, ya que en muchas ocasiones el mal uso o abuso de la voz es una conducta imitativa del entorno más cercano, y el tratamiento de la disfonía infantil pasa por el tratamiento de los hábitos vocales de sus progenitores.
Nosotros aconsejamos realizar revisiones auditivas periódicas, especialmente en niños con antecedentes de otitis media, bajo rendimiento escolar o dificultades del lenguaje. La hipoacusia no diagnosticada puede tener consecuencias relevantes en el aprendizaje y la socialización.
«Las aulas deben contar también con una acústica adecuada que no obligue a forzar la voz»
Para terminar… ¿Qué está aportando la ciencia y la IA al campo de la otorrinolaringología?
Respuesta.- La ciencia de datos y la inteligencia artificial (IA) están transformando profundamente la otorrinolaringología, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento, la predicción de enfermedades y la personalización de los cuidados. No se trata de cosas del futuro, sino que ya estamos viviendo en plena era de la inteligencia artificial. Una era en la que las nuevas innovaciones completan, mejoran o superan a las anteriores en plazos cada vez más cortos que se cifran incluso en semanas o días.
Disponemos ya de herramientas de diagnóstico asistido por inteligencia artificial para el análisis de imágenes médicas con algoritmos de visión por ordenador que permiten detectar con alta precisión lesiones en nasofaringe, cuerdas vocales, oído medio y base de cráneo en imágenes endoscópicas, de TAC y de RMN. Surgen continuamente sistemas de deep learning entrenados con miles de vídeos e imágenes permiten alertar sobre patologías como otitis media, pólipos nasales o neoplasias laríngeas en tiempo real y otros que analizan la voz y los patrones acústicos para detectar disfonías funcionales, trastornos neurológicos (como parálisis laríngeas) y apnea del sueño.
Estamos asistiendo a una creciente capacidad de disponer de datos clínicos en grandes volúmenes (big data), capaces de ser explotados en modelos de identificación de patrones de enfermedad, de respuesta a tratamientos y de evolución de síntomas en grandes cohortes de pacientes, llegando a la predicción de riesgos o de complicaciones en cirugía otológica, enfermedades inflamatorias nasosinusales o de cánceres de cabeza y cuello, como fístulas, reestenosis traqueales o necesidad de reintervención. Un campo trascendental de la ciencia de datos está aportando una insospechada capacidad de predicción de la evolución auditiva, con algoritmos aplicados a datos audiológicos y genómicos que permiten anticipar la progresión de la hipoacusia en pacientes con síndromes hereditarios o daño neurosensorial progresivo.
Estamos utilizando ya algoritmos de inteligencia artificial que ajustan automáticamente parámetros de estimulación de los implantes cocleares según las respuestas auditivas individuales, optimizando los resultados postoperatorios. Igualmente está ocurriendo con los audífonos y otras prótesis auditiva, que disponen de sistemas de IA que ajustan en tiempo real la ganancia, cancelan el ruido y aprenden del entorno acústico del usuario.
Pero la IA generativa no sustituye al otorrinolaringólogo, sino que lo potencia al complementar el conocimiento experto con herramientas capaces de analizar, sintetizar y proponer actuaciones en tiempo real en nuestros entornos asistenciales. Estamos utilizando ya la generación automática de informes de consulta, de intervenciones quirúrgicas o de exploraciones endoscópicas a partir de datos clínicos estructurados o del dictado del especialista, reduciendo la carga administrativa y mejorando la trazabilidad asistencial.
Si algo está cambiando de forma trascendental la IA es la investigación clínica y la síntesis automatizada de evidencia. Ya es práctica habitual utilizar herramientas de IA para identificar, extraer, resumir y visualizar datos clínicos o bibliográficos complejos, facilitando revisiones sistemáticas, elaboración de guías de práctica clínica y desarrollar proyectos de investigación, incluyendo la estadística y la visualización de los datos.
Estoy de acuerdo con usted, profesor.
Las aulas son el primer lugar en el que nuestros menores deben aprender cuestiones de salud pública como la voz.
Felicidades a los responsables del portal. Os superáis en cada entrada..,