El Hospital Universitario de Bellvitge está de enhorabuena. El Servicio de Angiología y Cirugía Vascular junto a diferentes especialistas de diferentes servicios (Anestesiología y Reanimación, enfermería y equipo celadores de quirófano, Urgencias, Radiología y Cirugía General y Digestiva) han puesto en marcha el denominado ‘Código Aorta’. Se trata de un protocolo destinado a elevar la supervivencia de los pacientes que sufren aneurisma de aorta abdominal con ruptura.
Estamos ante una patología poco frecuente. Pero supone una verdadera emergencia quirúrgica, con una mortalidad cercana al 100% si no se aborda de forma rápida y eficiente. La aorta es el principal vaso sanguíneo que irriga el abdomen, la pelvis y las piernas. Un aneurisma aórtico abdominal se presenta cuando una parte de la aorta se agranda o se ensancha anormalmente. Se desconoce la causa exacta de esta patología. Pero se debe a una debilidad de la pared de la artería. No obstante, existen varios factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar este problema aórtico. Nos referimos a tabaquismo, hipertensión arterial, sexo masculino, o factores genéticos. Un aneurisma aórtico abdominal casi siempre se observa en hombres mayores de 60 años que tienen uno o más factores de riesgo. Cuanto más grande sea el aneurisma, mayor será la probabilidad de que se presente ruptura o desgarro. Y en muchos casos es mortal.
Todavía es muy pronto para extraer conclusiones de los resultados de este proyecto del hospital barcelonés. Pero ciertamente estamos en condiciones de señalar que este centro sanitario ya está atendiendo a más pacientes que durante el año pasado.
Elena Iborra es la jefa de la Sección de Cirugía Vascular de este hospital. En declaraciones a Diario Médico señaló que en España hay otros dos hospitales, el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y el Hospital del Campus de la Salud de Granada, que ya disponen de protocolos similares. En este sentido, el El Hospital Universitario de Bellvitge ha diseñado este protocolo, primero teniendo en cuenta la propia organización interna del hospital. A continuación en coordinación con otros dispositivos asistenciales de la misma zona: el Servicio de Emergencias Médicas; atención primaria; y varios hospitales comarcales (Hospital de Viladecans, Hospital de Martorell, Residencia Sant Camil de Sant Pere de Ribes, Hospital Moisès Broggi de Sant Joan Despí y Hospital de Sant Boi).
La primera versión del protocolo estaba lista a finales del año 2019. La pandemia de la Covid-19 trastocó todos los planes. Especialmente, ralentizó todo el proceso de formación de los profesionales implicados. También su puesta en marcha. En 2021, a pesar de la emergencia sanitaria, tenían hecho el trabajo de simulación y el entrenamiento de los equipos. Tras su presentación a la dirección del centro y al resto de dispositivos asistenciales de la zona geográfica, comenzó este año, la fase de puesta en marcha.
En la actualidad, la doctora Iborra señala que la parte más complicada es la parte administrativa; es decir, que los pacientes cuando son hospitalizados sean rápidamente etiquetados.
También que las pruebas de escáner realizadas al paciente con aneurisma de aorta abdominal con ruptura en otros centros de forma previa al ingreso se incluyan inmediatamente en la historia clínica digital y compartida. De esta manera, los especialistas de Bellvitge pueden ir estudiando el caso, y ganando tiempo. Imprescindible en muchos casos clínicos.
Una parte imprescindible de este proceso es que en esos otros dispositivos sanitarios y en las propias Urgencias de Bellvitge, identifiquen bien al paciente. Por lo general, estamos ante una persona con dolor abdominal y de más de 65 años, hipertensión, fumadora y con antecedentes familiares de muerte súbita.
En el ‘Código Aorta’ de Bellvitge (un protocolo similar a los Código Ictus y Código Infarto que se están generalizando en el Sistema Nacional de Salud) se definen paso a paso todas las acciones y los tratamientos a aplicar en cada momento para conseguir mejores resultados y acortar lo máximo posible el tiempo entre el debut clínico y el tratamiento quirúrgico. Es decir, estamos ante un protocolo para ganar minutos en momentos en los que cada segundo incluso es decisivo.
(Fotografía de cabecera: ConSalud)
