El dolor es una señal del sistema nervioso de que algo no anda bien. Es una sensación desagradable, como un pinchazo, hormigueo, picadura, ardor o molestia. El dolor puede ser agudo o sordo. Puede ser intermitente o ser constante. En España afecta entre un 10 y un 15% de la población. En muchas ocasiones se convierte en dolor crónico. Se trata de un dolor cuya duración es superior a los tres meses. Este dolor crónico en España afecta al 25% de la población. Por eso es tan importante darle visibilidad y ocuparnos de él.
Al efecto, es recomendable prestar especial atención al informe Barómetro del dolor crónico en España 2022 presentado por la Fundación Grünenthal y el Observatorio del dolor de la Universidad de Cádiz. Podremos apreciar ‘un mapa’ de la realidad del dolor crónico y cómo paliar una situación tan complicada para muchas personas.
El dolor crónico tiene un impacto significativo a diferentes niveles. Tanto para las personas que lo padecen como su entorno. Debido a esta situación comienzan a estar más expuestos a la acción de otros factores psicológicos.
Almudena Mateos es psicóloga y secretaría del grupo de trabajo sobre dolor crónico del Colegio de Psicólogos de Madrid. Afirma que en ocasiones el ambiente familiar no favorece a la correcta evolución del enfermo. Para mí, el factor más importante es que el paciente no quiere cargar a los demás aunque a veces pensemos que pueden resultar pesados.
Además, ha y otro factor importante. El individuo vive con el pavor de que ese dolor vuelva a manifestarse. Ello origina que se den situaciones n las que el paciente tiene dificultades para retomar su vida normal, la que tenía antes, porque el dolor corta esa línea de vida.
Ante esa situación, afortunadamente, muchos centros sanitarios cuentan con un equipo de profesionales especializados en la ayuda y cuidado de pacientes con dolor crónico. Se trata de unidades con un objetivo fundamental: busca un tratamiento integral y pretenden ser multidisciplinares. En palabras del doctor Juan Carlos de la Pinta, especialista en la unidad del dolor de la Fundación Jiménez-Díaz, el dolor hay que enfocarlo desde varios aspectos, no solamente desde el médico sino también el psicológico o la fisioterapéutico, entre otros. Entonces hay que abordar el dolor como algo mucho más amplio.
Por otro lado, proponen métodos con el que intentar recuperar, en la medida de lo posible, su bienestar físico y emocional. El propio doctor de la Pinta lo señala muy claramente: «Se puede enseñar al paciente a vivir con él. Lo que nosotros hacemos es bajar la intensidad de ese dolor para hacerlo mucho más llevadero y que no interfiera en su día a día».
La Clínica Universitaria de Navarra explica de manera muy ilustrativa en el siguiente video qué aportan las unidades del dolor al Sistema Nacional de Salud. Unidades absolutamente necesarias para paliar a los pacientes con dolor crónico sus dolencias. Evidentemente, procurar el mayor nivel de bienestar posible. Al respecto, el doctor Carajaville no puede ser más transparente en sus palabras:
(Fotografia de cabecera: Valencia Plaza)
