El diagnóstico de esta ‘escurridiza’ enfermedad, de síntomas inespecíficos y muy variables, ha mejorado gracias a las técnicas de imagen
Si hubiera que enumerar las características que hacen que una enfermedad pase desapercibida y se escurra en la consulta, seguro que entre ellas estarían los síntomas clínicos muy variados e inespecíficos, la ausencia de marcadores analíticos y una incidencia de casos baja. Todo ello puede afirmarse de la arteritis de células gigantes (ACG), un tipo de vasculitis sistémica que afecta a vasos de mediano y gran calibre y es de origen autoinmune. En esencia, se produce por la inflamación de los vasos sanguíneos, lo que genera una disminución del flujo vascular o su interrupción completa.
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