Un estudio en ‘NEJM’ confirma la baja probabilidad de que la inmunoterapia celular derive en un linfoma de células T.
El riesgo de desarrollar un cáncer sanguíneo secundario asociado a la terapia con células CAR-T es muy bajo. Los beneficios de emplear este tratamiento indicado en pacientes con linfoma, leucemia o mieloma múltiple superan con creces la escasa probabilidad de desarrollar el efecto secundario, según vienen reiterando los especialistas implicados en este tratamiento. Hoy también lo confirma un estudio llevado a cabo en la Universidad de Stanford, en California, y cuyas conclusiones publica esta semana The New England Journal of Medicine (NEJM).