El doctor Javier García Tirado es Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid, doctor en Medicina Cum Laude por la Universidad de Zaragoza, miembro de la European Board of Thoracic and Cardiovascular y miembro de número de la Real Academia de Medicina de Zaragoza. Especialista en Cirugía Torácica y Jefe de Servicio de Cirugía Torácica en el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza y en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Ha ejercido como Vicepresidente 1º del Colegio de Médicos de Zaragoza.
¿Cómo se gestiona una entidad que aglutina a más de siete mil médicos?
Respuesta.- Con la ayuda impagable de una Junta ecléctica, con un nivel de cualificación y compromiso absolutos, compenetrada, y de un equipo excelente de profesionales administrativos con una sólida trayectoria en el Colegio, y con una implicación máxima con las labores que realizan en sus quehaceres cotidianos.
Nuestro Colegio tiene un tamaño mediano respecto a otros colegios provinciales, en el conjunto de todas la corporaciones provinciales que aglutina el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España. Pero nuestra presencia es patente, y nuestra disposición a participar en el Consejo muy activa en cuantas iniciativas se plantean en el ámbito nacional.
Para el común de los mortales… ¿Qué aporta un colegio de médicos a la sanidad de su comunidad autónoma y a la sanidad, en general?
Respuesta.- Ante todo, y dicho de forma honesta, la colegiación en Medicina es obligatoria, y por supuesto, estoy completamente convencido de que debe serlo. ¿Por qué?; yo, como muchos colegas, también era un cole-escéptico, hasta que me acerqué al mundo colegial de la mano de la Dra. Ferrer, mi antecesora en el cargo, con la que tuve el honor de formar parte de la Junta como vicepresidente. Cuando te detienes un momento como profesional, y te interesas por lo que entraña, descubres que los colegios son muy necesarios, al tratarse de corporaciones de derecho público, con una importante encomienda de gestión delegada por los poderes públicos: la autorregulación de la profesión. Somos los garantes de que los profesionales que ejercen, cuentan, efectivamente, con la titulación que avala las competencias para su ejercicio profesional, garantizando así a las personas atendidas, y a la sociedad en su conjunto, que depositan el cuidado de su salud en profesionales debidamente formados. Pero no queda aquí el planteamiento, sino que velamos para que el ejercicio profesional del día a día se ajuste a los principios éticos recogidos en nuestro Código de Deontología; de tal manera, que por muy cualificado que pueda estar cualquier profesional de la Medicina, velamos por que su desempeño profesional se desarrolle dentro de los cánones de la deontología médica, cosa muy importante. Y por ende, nos compete la representación de la profesión como tal ante las instituciones y la sociedad, algo también trascendente, lo que nos convierte en una autoridad sanitaria; aún careciendo de potestades efectivas desde el punto de vista político, ó de la ordenación del sistema sanitario, contamos con un peso específico determinante ante la sociedad, los profesionales, y los poderes públicos.
«Los colegios (oficiales) son muy necesarios, al tratarse de corporaciones de derecho público, con una importante encomienda de gestión delegada por los poderes públicos«
¿Cómo está la salud de los zaragozanos? ¿Se cuidan lo suficiente?
Respuesta.- Es evidente que la salud no es todo lo buena que debiera, y que no nos cuidamos suficientemente; la prueba de ello es que hemos incrementado nuestra esperanza de vida, al igual que ocurre en el conjunto de España, pero también se ha incrementado el número de enfermedades crónicas que padecemos, somos más pluripatológicos, con necesidades crecientes de atención médica y sociosanitaria (cuidados y dependencia); el incremento cuantitativo de la esperanza de vida, no se acompaña de una calidad de vida adecuada. Es muy importante abordar el enfoque desde la medicina preventiva, fomentando hábitos de vida saludables que permitan virar el rumbo de la sanidad desde una orientación del tratamiento de la enfermedad, hacia la prevención de la misma; más allá del tratamiento de la enfermedad, debemos intentar prevenirla. Como decía Benjamín Franklin, vale más una onza de prevención que una libra de tratamiento; de esta manera, conseguiremos aportar una esencial mayor calidad de vida a esa esperanza (cantidad) de vida envidiable que hemos alcanzado, pero también podremos aligerar la enorme presión que soporta el sistema sanitario por ese crecimiento exponencial de las necesidades sanitarias, logrando una mayor eficiencia en su funcionamiento.
En el número 73 de la revista Aragón Médico en el especial del Consejo Autonómico de Colegios de Médicos de Aragón se expresa “la preocupación por el funcionamiento del 061 y las irregularidades en el servicio de emergencias”. ¿Está fallando el 061 y los servicios de emergencia en Aragón?
Respuesta.- La población aragonesa puede estar tranquila, porque en esencia estos servicios cumplen su cometido de una forma eficaz, y salvaguardan la salud de la personas que precisan de una atención en situación de emergencia. Lo que consideramos que falla son determinados aspectos organizativos internos, que dotarían al servicio de una mayor efectividad, y sobre todo, de mayor eficiencia; habida cuenta de que los recursos son limitados, todos los aspectos son relevantes.
Somos conscientes de que se está haciendo un esfuerzo importante, por parte de la nueva gerencia, para lograr reconducir los desajustes detectados. Desajustes inherentes, por otra parte, a la dinámica de funcionamiento de las organizaciones, que de forma continuada debemos acometer ciclos de mejora que nos permitan detectar deficiencias funcionales y áreas de ineficienca, y acometer soluciones que posibiliten optimizar el funcionamiento de la estructura, ofreciendo una atención de mejor calidad y mayor seguridad para nuestros pacientes.
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En otro orden de cosas, usted ha declarado a Heraldo de Aragón que «Más que reformar la atención primaria se necesitan medidas revolucionarias»…
Respuesta.- Es algo tan sencillo como un principio básico que ya enunció el magistral Albert Einstein: «Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo». Es secular el fracaso de las medidas que arbitra la administración orientadas a procurar la dotación de recursos humanos mediante convocatorias que reiteradamente obtienen resultados fallidos, dado que las reglas de juego, y las condiciones que se ofrecen, no resultan atractivas en absoluto a los profesionales. Evidentemente, todo lavado de cara es un fracaso ya de inicio, y se debe abordar el problema de forma integral y profunda, mejorando muy significativamente la forma en la que se realizan las convocatorias, ofreciendo condiciones que resulten atractivas no ya sólo en términos económicos, sino de posibilidades de desarrollo profesional (docencia, formación, investigación), posibilitando un ejercicio de la Medicina que permita una adecuada relación médico-paciente, la conciliación familiar, con medidas administrativas que minimicen la abrumadora carga burocrática actual que amenaza al acto médico. Hay que redimensionar y dotar las necesidades reales de plantillas para poder atender a las personas que lo necesitan del modo más adecuado posible, que pasa por mejorar sustancialmente las condiciones en las que los profesionales desarrollan su labor asistencial. Muchas de las medidas posibles entran en conflicto con el marco legislativo actual, lo que obligaría a tomar medidas más allá de dicho marco, y de ahí la idea de revolución: no basta con hacer cambios superfluos que conduzcan a que todo cambie para que todo siga igual, sino una transformación profunda que implique cambios radicales organizativos y de gestión, acompañados de los necesarios cambios en el marco legislativo, que posibiliten todas estas transformaciones.
«Hay que redimensionar y dotar las necesidades reales de plantillas para poder atender a las personas que lo necesitan del modo más adecuado posible«
Hace pocos días, Aragón en Antena se hizo eco de la noticia relacionada al Proyecto Cassandra, acerca de la incidencia de los casi 1.000 nuevos casos de cáncer de pulmón al año en Aragón… ¿Qué nos puede contar a este respecto?
Respuesta.- Este Proyecto, de ámbito nacional, cuenta con un carácter de estudio piloto acerca de la factibilidad de un programa de cribado (diagnóstico precoz) de cáncer de pulmón en nuestro sistema sanitario. Los programas de cribado son muy conocidos, y está muy consolidados especialmente a nivel oncológico, en cuanto a los cánceres de colon, mama y próstata; se trata de una forma de prevención secundaria, el referido diagnóstico precoz antes de que presente síntomas, pero es importante recalcar que es mucho más efectivo (y por supuesto, eficiente) en todos los sentidos la prevención primaria, tomar todas las medidas necesarias tendentes a evitar, o minimizar en la medida de lo posible, el riesgo de que se desarrolle la enfermedad. Sin embargo, estos programas de cribado son costosos, y no están exentos de problemas derivados de su aplicación, no sólo por el impacto de su desarrollo sobre el sistema sanitario, sino también para la propia persona que se incluye en el programa, dados los problemas potenciales de sobrediagnóstico y sobretratamiento que pueden también pueden afectarle. Es una cuestión compleja, y aunque en otros países, con otros entornos sanitarios, se han publicado resultados positivos, por todo lo expuesto el Proyecto Cassandra pretende evaluar la viabilidad de su puesta en marcha en nuestro entorno sanitario, como estrategia consolidada; el Proyecto conlleva otros objetivos secundarios, pero no menos interesantes, como la incorporación del paciente a un programa de cese de tabaquismo, en el caso de ser fumador activo (de lo contrario, no podría ser incluido en el Programa), y una evaluación de la situación funcional respiratoria de las personas reclutadas en el Programa. Está claro, como declaración abstracta de principios generales, que la detección de posibles cánceres en estadíos iniciales, y por tanto mejor tratables, y más curables, es el espíritu que motiva iniciativas como el Proyecto Cassandra.
En cualquier caso, es una propuesta ambiciosa que cuenta con el respaldo de las autoridades sanitarias, pero que no se acompaña de la dotación de los recursos que podrían ser necesarios para un desarrollo óptimo, por lo que es incierta su viabilidad. No obstante, estamos intentando llevarlo adelante a pesar de esa limitación de recursos, con el sobreesfuerzo y la implicación de los profesionales comprometidos.
«El cáncer de pulmón es la principal patología que operamos en nuestra especialidad«
Usted, como cirujano torácico, y presidente del Colegio, se enfrentará con frecuencia a situaciones derivadas del tabaquismo. Otra pandemia que cada año se lleva por delante muchas vidas…
Respuesta.- Desgraciadamente, así es; en España se producen más de 30.000 muertes por cáncer de pulmón, más de 700 en Aragón. Esta es la principal patología que operamos en nuestra especialidad, y la cirugía sigue siendo la mejor opción terapéutica para esta letal enfermedad, pero sólo un 20% de los pacientes van a poder ser operados en el momento del diagnóstico, dado que en el resto la enfermedad se va a encontrar extendida en mayor o menor medida; esta situación de extensión no permite a estos pacientes beneficiarse de la opción quirúrgica. Y lo más triste es que el 90% de estos cánceres se asocian al hábito tabáquico, y por tanto, serían prevenibles mediante el abandono del consumo de tabaco; y lo que sería mucho mejor, ni siquiera iniciarlo. Pero la letalidad del tabaco no sólo se asocia al cáncer, también es un desencadenante principal de trastornos respiratorios como la bronquitis crónica y el enfisema, y del cáncer de laringe, de mucosas de boca y faringe, esófago, vejiga,…, además de múltiples trastornos digestivos, y cardiocirculatorios, como la angina de pecho, el infarto de miocardio, o el mal riego arterial de las extremidades inferiores, e incluso el cerebral. Puro veneno, en definitiva.
¿Qué pueden hacer las Administraciones para que los ciudadanos respiremos mejor?
Respuesta.- Si lo pregunta en sentido literal, por la salud respiratoria, y después de todo lo dicho, creo que evidentemente las Administraciones deben velar por la salud de la ciudadanía mediante campañas agresivas de concienciación y educación sanitaria respecto al tabaco (especialmente entre la gente joven), proteger e incrementar los espacios libres de humo (la inhalación pasiva del humo del tabaco es tan perjudicial como la inhalación activa), y suprimir la publicidad falaz acerca de las supuestas bondades de vapeadores y análogos, como sucedáneos saludables, y exitosos para lograr la deshabituación tabáquica (cosa completamente falsa); ya sabemos en la actualidad que el uso de estos dispositivos no es sano, en absoluto, y que la tasa de fracaso como terapia de deshabituación tabáquica, es muy alta. Estas medidas pueden ahorrar muchas enfermedades y sufrimiento a las familias, y reportar un alivio muy importante a la presión asistencial que padece el sistema sanitario, si logramos reducir la incidencia y prevalencia de toda la patología asociada al consumo de tabaco, y sus derivados.
Cada vez, los pacientes juegan un papel más decisivo en las decisiones estratégicas de salud. ¿Cómo se ve esto desde los colegios profesionales?
Respuesta.- Es evidente que la atención a la persona que sufre, y se encuentra en situación de fragilidad, es la piedra angular de la Medicina, la esencia que orienta todo lo que hacemos. Por tanto, no es sorprendente que uno de los pilares básicos de la ética médica sea el principio de Autonomía, el respeto por encima de todo a las decisiones fundadas que toma el paciente acerca de su propia salud. Si todo lo hacemos por y para los pacientes, es lógico que los pacientes tengan un papel protagonista en la toma de decisiones, tanto a título individual, como a nivel de las estrategias sanitarias. La versión sanitaria del Despotismo Ilustrado ya está muy superada, afortunadamente, pero debemos tener muy en cuenta algo que he dejado caer de soslayo: la toma de decisiones tienen que estar fundamentadas en planteamientos coherentes y realistas, bien informados en el caso de las situaciones individuales, y perfectamente analizados, documentados, y planificados cuando hablamos de estrategias sanitarias, no pueden estar sometidas a soflamas utópicas, inviables o erróneas, cuyas consecuencias van a repercutir en la sociedad en su conjunto, de una manera u otra.
Aquí, el papel de los colegios no es otro que la participación en la toma de decisiones, mediante su papel experto y de representación de la profesión, y de defensa de los intereses de los pacientes y de la sociedad, a los que nos debemos por encima de todo.
«Si todo lo hacemos por y para los pacientes, es lógico que los pacientes tengan un papel protagonista en la toma de decisiones, tanto a nivel indivual como a nivel de las estrategias sanitarias«
Para terminar… ¿cómo se ve (también desde los colegios de médicos) el hecho de que las enfermeras puedan prescribir medicamentos? Los colectivos de enfermería lo consideran ‘un gran avance’…
Respuesta.- La enfermería no puede prescribir, en primer lugar porque la ley sencillamente no lo permite; la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias sólo otroga a Medicina, Odontología, y Podología, la posibilidad de prescribir medicamentos de uso humano. Pero más allá de este constructo legislativo, prescribir no consiste en la mera emisión de una receta, lo que deberíamos denominar orden de dispensación, sino que es la culminación de un proceso elaborativo que parte de la valoración del paciente a través de la anamnesis y exploración del mismo, esencia del acto médico, y tras formular un diagnóstico acerca del proceso de enfermedad que afecta al paciente, se sigue de una planificación terapéutica, que incluirá la prescripción de los fármacos que se estimen indicados para el diagnóstico establecido.
Es una falacia denominar “prescripción” al manejo que hace enfermería a partir de determinadas guías que se han ido desarrollando desde determinadas consejerías de sanidad, a partir de directrices ministeriales; estas guías, clara e inequívocamente, lo expresan como “indicación, uso y autorización” de fármacos de uso humano sujetos a prescripción médica, en situaciones muy concretas, en las que el diagnóstico y la prescripción terapéutica ya han sido establecidas por personal médico, y enfermería puede hacer determinados ajustes en función del seguimiento y los cuidados que dispensa al paciente en su consulta de enfermería. Esto no es ningún menosprecio a la enfermería, en absoluto, ni cortapisa sus posibilidades de desarrollo profesional. La Enfermería, como profesión sanitaria, juega un papel muy importante en los cuidados que se dispensan a los pacientes, y su integración en los equipos multidisciplinares que atienden a los pacientes es imprescindible; pero en ningún caso la prescripción es una competencia de enfermería, sino que forma parte de las competencias desarrolladas durante la exigente formación en Medicina (6 años de carrera, y 4-5 de especialización, según la especialidad), por lo que debe ser una responsabilidad médica; en ningún caso se trata de ningún tipo de planteamiento excluyente ni elitista, sino que es una cuestión de coherencia con la calidad y la seguridad de la atención que ofrecemos a nuestros pacientes.
