En abril del año 2023, en este mismo espacio se publico un articulo sobre el cáncer de colón y la alimentación. Según los datos del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer, se estima que en España se diagnosticaron 40.203 nuevos casos de cáncer colorrectal en 2023, convirtiéndose así en el tumor más frecuentemente diagnosticado en nuestro país considerando ambos sexos. Así, se trata del segundo tumor más frecuente en varones después del de próstata y el segundo en mujeres después del de mama. La incidencia del cáncer colorrectal es ligeramente mayor en hombres que en mujeres. En conjunto, el cáncer colorrectal supone casi el 15% de todos los tumores diagnosticados en 2023. Por esta razón, volvemos a reproducir el articulo ya publicado en el año 2023.
Los datos que maneja la Sociedad Española de Oncología Médica no son nada buenos. Al contrario. Se calcula que en 2023 se diagnosticarán 43.000 personas de cáncer colorrectal. La incidencia en España ha ido aumentando en los últimos años. Además se prevé un incremento marcado a partir de 2030. Dentro de estas estimaciones, hay un aspecto que preocupa a los preocupa a los profesionales. El aumento del cáncer de colon en población menor de 50 años.
En palabras de la doctora Reyes Ferreiro Monteagudo, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid está aumentando de forma preocupante. Estamos viendo más diagnósticos en esta población y nos preocupa especialmente el subgrupo de menores de 40 años. Se observa un patrón diferente de la enfermedad. Parece además que está habiendo un retraso en los diagnósticos. En estas franjas de edad un sangrado no se atribuía, inicialmente, a un cáncer de colon sino a otro tipo de patologías más benignas. Sin embargo, un sangrado o clínica digestiva en una persona menor de 40 o 50 años, debe mantenernos en alerta«.
En la actualidad se desconocen las causas de este aumento de la incidencia. Pero si podemos hablar de unas ‘primeras sospechas’. Estamos hablando de los hábitos de vida occidental. Se trata de hábitos más sedentarios, con tendencia al estreñimiento, con una dieta baja en fibra y rica en carne roja y productos procesados.
La doctora Ferreiro Monteagudo ha participado en la IV edición de la Escuela de Pacientes de Cáncer Colorrectal. Este acto se organizó en este hospital con motivo del Día Mundial de esta patología. Estamos ante una iniciativa pionera cuyo objetivo pasa por promover y potenciar el papel activo del ciudadano en el cuidado de su salud y en la autogestión de su enfermedad. También en mejorar los hábitos y estilos de vida de pacientes, cuidadores y ciudadanos, el cumplimiento terapéutico y la utilización de recursos y servicios sanitarios.
Ante el alarmante aumento de la incidencia de esta enfermedad, los profesionales consideran que pueden ser útiles ciertas medidas para equilibrar la situación.
Según la oncóloga, en primer lugar, y antes del diagnóstico precoz, que es fundamental, es imprescindible promocionar hábitos de vida saludable: «Sabemos que hay factores de riesgo asociados al cáncer colorrectal como el estreñimiento, el sedentarismo, la dieta pobre en fibra y rica en carne procesada, el consumo excesivo de carne roja. Estos hábitos se deben trabajar y variar antes de llegar al diagnóstico».
Pero el diagnostico precoz es fundamental, dado que hay personas de 40 años que aún teniendo hábitos de vida favorables desarrolla cáncer de colon. Como bien matiza la doctora Ferreiro Monteagudo, lo importante es, por tanto, consultar en cuanto haya síntomas. Todos debemos tener la ‘bombilla encendida’ de que, aunque una persona sea joven o no, la posibilidad de cáncer de colon está ahí. La detección temprana es decisiva porque tiene impacto en supervivencia, así como en las potenciales secuelas derivadas de los tratamientos.
Para ella lo importante es situar mediáticamente el cáncer colorrectal en la misma posición que otras patologías como el cáncer de mama, con un gran impacto social y mediático. Al respecto señala que en España, este tumor no tiene esa misma visibilidad cuando, si juntamos hombres y mujeres, es el tumor con mayor incidencia. Los profesionales que nos dedicamos a esta patología, medios de comunicación y, por supuesto, asociaciones de pacientes, tenemos por delante una labor fundamental: dar a conocer esta enfermedad y, por supuesto, estandarizar a nivel nacional los programas de detección precoz, cuya implantación es aún desigual entre las distintas comunidades autónomas.
Existen diversos estudios científicos publicados en revistas internacionales que relacionan la dieta, el estilo de vida y el ejercicio con el cáncer de colon.
En líneas generales, que se necesitan más ensayos clínicos para llegar a una conclusión más científica. Pero los primeros datos hablan por sí mismos. María Garriga, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, considera que a piedra angular de las modificaciones del estilo de vida para el cáncer colorrectal consiste en promover un estilo de vida activo con una dieta bien balanceada y moderar o eliminar la ingesta de carnes procesadas y alcohol.
En este sentido, los hábitos saludables son esenciales antes de llegar al diagnóstico para prevenir el cáncer colorrectal. Cuando la enfermedad ya está avanzada, en relación con los hábitos nutricionales estamos en condiciones de afirmar que se recomienda seguir la dieta mediterránea, asegurando una buena ingesta en proteinas para evitar la pérdida de masa muscular, que es muy frecuente en pacientes aquejados con esta patología.
En boca de la doctora Garriga, para optimizar la síntesis proteica, además de consumir suficiente proteína, es importante la optimización antioxidante -asegurar una buena ingesta de fruta y verdura-, la optimización antiinflamatoria -consumo de omega 3; por ejemplo pescado azul- y el ejercicio. También es muy importante una buena hidratación a lo largo del día.
La oncóloga manifiesta que una buena alimentación apoya el proceso oncológico y favorece la recuperación del paciente. «Un buen estado nutricional puede ayudar a optimizar la eficacia del tratamiento y a tolerar mejor los efectos secundarios derivados del mismo. Por el contrario, la malnutrición puede tener un impacto negativo en la evolución y un peor pronóstico».
En cuanto a la nutrición, tengamos en cuenta que en el súper venden de todo: alimentos saludables; otros que es mejor tomar con moderación; otros que, a pesar de ser sabrosos o formar parte fundamental de platos tradicionales, su consumo no es tan recomendable o está vinculado a enfermedades como ciertos tipos de cáncer.

La carne procesada desde 2015 está bajo el punto de mira no solo de los consumidores sino de la propia OMS. La evidencia científica actual es clara respecto a los perjuicios de este tipo de carnes: mayor riesgo de cáncer colorrectal, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares general, como bien recuerda Frank Hu, profesor de nutrición y epidemiología y presidente del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard en The New York Times.
Las carnes procesadas incluyen las salchichas, panceta, fiambres, perritos calientes, cecina, peperoni e, incluso, salsas preparadas a partir de estos productos. La curación, fermentación, ahumado y salazón son procesos para potenciar su sabor y su vida útil. Por eso las salchichas de frankfurt ostentan el galardón de ser uno de los alimentos del super que más se vincula con el cáncer de colon.
La Organización Mundial de la Salud en 2015 anunció que la carne procesada poseía «evidencia suficiente» para asociarse con el cáncer en los seres humanos. A día de hoy, organizaciones como el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer recomiendan comer poca o ningún tipo de carne procesada y limitar la carne roja a tres porciones semanales.
Como se observa, una buena dieta es fundamental en la vida diaria. Pero especialmente en aquellas personas afectadas de cáncer, y en particular, cáncer colorrectal. Una buena alimentación, unida al ejercicio físico, son dos excelentes terapias. Los mejores aliados del paciente y del oncólogo.
(Fotografía de cabecera: Diario Médico)
