• El Proyecto CASSANDRA estudia la factibilidad de implementar un cribado de cáncer de pulmón en el Sistema Nacional de Salud (SNS) y cuenta con la participación de más de 20 hospitales y centros de salud asociados.
• La implantación de un plan de cribado debe ir de la mano de campañas de deshabituación del hábito tabáquico y especialmente de prevención entre jóvenes y adolescentes para que no se inicien en el tabaquismo.
• El primer reto en el cribado de cáncer de pulmón es eliminar el estigma que pesa sobre el paciente fumador, puesto que también hay no fumadores afectados, y el segundo, pensar a qué no fumadores deberían extenderse.
22 de abril de 2025- La Sociedad Española de Cirugía Torácica (SECT) defiende la implantación del cribado de cáncer de pulmón pública y universal para detectar nódulos de cáncer de pulmón en estadios tempranos, ya que actualmente solo el 30% de los casos que se diagnostican se pueden operar. Los programas de cribado permiten detectar, mediante TAC de baja dosis de radiación, nódulos milimétricos, cuando aún no dan síntomas. Los estudios realizados sobre estos programas no solo han demostrado que reducen un 20% la mortalidad por cáncer de pulmón, sino también que son una opción coste-efectiva. La SECT ha expuesto esta reclamación con motivo del II Curso de Competencias Clínico-Quirúrgicas en cáncer de pulmón celebrado en el Ilustre Colegio de Médicos de Madrid.
Impacto del cáncer de pulmón
El cáncer de pulmón es el cáncer que más muertes produce en hombres y mujeres y
solo el 25-30% de los pacientes son quirúrgicos en el momento del diagnóstico. “Aunque en los últimos años estamos viviendo una revolución en el tratamiento gracias a los buenos resultados de la inmunoterapia, creemos fundamental aumentar el número de pacientes que se puedan someter a una cirugía, y para ello diagnosticar a los pacientes en estadios más tempranos es fundamental. En ese contexto, implantar un programa de cribado es imprescindible, ya que son varios los estudios que han demostrado la disminución de la mortalidad del cáncer de pulmón gracias al cribado”, explica el Dr. Jon Zabaleta, cirujano torácico en el Hospital de Universitario de San Sebastián y miembro del Comité de Docencia y Formación continuada de la SECT que ha moderado una sesión dedicada a la prevención y cribado del cáncer de pulmón.
“No hay que olvidar que la implantación de un plan de cribado debe ir de la mano de
campañas de prevención, especialmente en el caso del cáncer de pulmón, por estar claramente ligado al consumo de tabaco. Las campañas de deshabituación del hábito tabáquico y, más especialmente, las campañas de prevención entre jóvenes y adolescentes para que no se inicien en el tabaquismo pueden disminuir la incidencia del cáncer de pulmón en la población”, según el Dr. Zabaleta.
En España se ha puesto en marcha el Proyecto CASSANDRA, que pretende demostrar la
factibilidad de implementar un cribado de cáncer de pulmón en el Sistema Nacional de Salud (SNS). El proyecto cuenta con la participación de más de 20 hospitales y centros
de salud asociados. En el mismo se define que las personas deberían ser incluidas en un programa de cribado de cáncer de pulmón: fumadores en activo o que lo hayan dejado en los últimos 15 años, de entre 50 y 75 años, con un índice acumulado mayor de 20 paquetes-año. Los paquetes año son un índice que se obtiene multiplicando el número de paquetes fumados cada día por los años de fumador; por ejemplo, un índice de 20 paquetes años equivalen a fumar un paquete diario durante 20 años, medio paquete al día durante 40 años o 2 paquetes al día durante 10 años, lo que da una idea del consumo acumulado durante la vida del fumador.
El Proyecto CASSANDRA, impulsado por SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica) y en el que participa la SECT, es un estudio ambicioso que se centra en
la persona (o paciente) proporcionando una oportunidad única para educar, prevenir, diagnosticar y deshabituar. “Esta visión centrada en el paciente tiene varios ejes de actuación, entre los que destacan la integración de la deshabituación tabáquica en el cribado, la realización de pruebas funcionales respiratorias y el aprovechamiento de la totalidad de la información que aporta el TAC de baja dosis para completar una valoración global del fumador o exfumador”, informa el Dr. Zabaleta.
“La aparición y desarrollo del TAC de baja radiación ha sido una gran noticia para los defensores del cribado. El TAC permite detectar nódulos milimétricos que a menudo no
son malignos, pero que requieren de seguimiento para confirmar que no son malos. Esto conlleva tener que repetir un TAC torácico varias veces al mismo paciente. Con los TAC antiguos se tenía miedo a los tumores generados por la radiación que emitían los TAC, pero, con los nuevos TAC, este riesgo ha disminuido mucho, y es seguro repetir el TAC en pacientes a los que se diagnostican pequeños nódulos”, afirma el Dr. Zabaleta. Frente a la radiografía convencional, el TAC de baja dosis tiene como ventaja que se pueden ver nódulos pequeños, que no dan ningún síntoma y que, de aplicarse, “nos permitiría aumentar el número de casos que se diagnostican en estadios tempranos”, aclara el Dr. Zabaleta.
Este programa de cribado, además de detectar tumores pulmonares, se aprovechará
para insistir en que las personas fumadoras dejen de fumar y hacer pruebas de función respiratoria para detectar otras enfermedades asociadas al tabaco. El origen de los múltiples programas de cribado que existen en la actualidad se basa en los resultados
publicados en el estudio NLST, en USA, y el NELSON, en Países Bajos y Bélgica. En 2022,
la Cochrane publicó un estudio donde repasó once programas de cribado publicados y
concluyó que en los pacientes a los que se les hacía un screening con TAC de baja dosis
la mortalidad bajaba un 20%.
Con todos estos antecedentes y a la luz de los resultados del Proyecto CASSANDRA, “la SECT considera que el Sistema Nacional de Salud (SNS) está preparado para asumir un programa poblacional de cribado, si bien corresponde a las Consejerías de Sanidad de las Comunidades Autónomas dar el paso de implantarlo”, informa el Dr. Zabaleta.
Según un análisis de coste-efectividad del cribado en España basado en los hallazgos del estudio europeo NELSON que sugiere que el cribado de cáncer de pulmón es una opción coste-efectiva, ya que establece un coste por AVAC de 2.345€ con otros programas de cribado ya financiados en España, tales como el cribado de cáncer colorrectal (2.154€/AVAC), mama (15.000€/AVAC) o cérvix (18.646€/AVAC) tienen costes comparables.
“Además de ser coste-efectivo, hemos de tener en cuenta que no estamos valorando el
impacto que tiene el cribado en la deshabituación tabáquica y no solo en la salud pulmonar, sino también en problemas de circulación, renales o esofagogástricos. Por todo, los profesionales que nos dedicamos al cáncer de pulmón ello creemos que ya deberíamos tener un sistema de cribado público y universal”, incide el Dr. Zabaleta.
Retos y frenos para el cribado de cáncer de pulmón
La implantación de un programa de cribado no está exenta de retos y aspectos que aún
deben mejorar sobre los resultados que se observan en los estudios sobre estos cribados.
“El primer freno o reto podría ser eliminar el estigma al cáncer de pulmón. A diferencia del cáncer de mama o colorrectal, al estar tan unido al tabaco en el caso del cáncer de pulmón a menudo se ven recelos de “gastar más dinero porque el paciente se lo ha buscado”. No hay que olvidar que no es exclusivo de fumadores o exfumadores, aunque menos frecuentemente, también se ve en nunca fumadores. En esta línea, uno de los retos podría ser saber a qué personas no fumadoras habría que hacerles el cribado, ya que ahora mismo está muy bien establecido en qué grupos de fumadores y exfumadores merece la pena hacerlo, pero no en los nunca fumadores”.
***Fotografía: Redacción Médica.
