Las mujeres que sufren anemia en las primeras semanas del embarazo tienen hasta un 47% más probabilidades de que su bebé nazca con una cardiopatía congénita, según un estudio que señala que los suplementos de hierro podrían prevenir esta grave afección.
La Organización Mundial de la Salud estima que más de una tercera parte de las embarazadas (alrededor del 37%) padecen anemia, una proporción que es mayor en los países de ingresos bajos y medios. Aunque ya se sabía que la anemia en etapas avanzadas del embarazo puede causar complicaciones como bajo peso al nacer o parto prematuro, un nuevo estudio ha encontrado que tener anemia en las primeras semanas de la gestación podría aumentar el riesgo de cardiopatías congénitas en el bebé.