El ‘Estudio PrevEOS – Prevalencia de la enfermedad del ojo seco en España’ ha afirmado un aumento de esta patología y lo relaciona con el uso de pantallas, entre otras razones
El aumento del uso de pantallas digitales, junto con otros factores como la diabetes, el glaucoma o la blefaritis, está provocando un incremento en los casos de enfermedad de ojo seco (EOS) en España. Un nuevo estudio, publicado en la revista científica ‘The Ocular Surface’, ha evaluado por primera vez la prevalencia de este trastorno a nivel nacional, confirmando su alta incidencia y la necesidad de mejorar su diagnóstico.
El ‘Estudio PrevEOS – Prevalencia de la enfermedad del ojo seco en España’ se desarrolló a partir de entrevistas telefónicas a 3.019 personas seleccionadas de manera representativa. Los resultados muestran que entre un 16,6% y un 22,5% de la población española padece EOS, dependiendo del criterio diagnóstico aplicado. Además, si se incluyen síntomas como fatiga visual o visión fluctuante, la prevalencia alcanza el 33%.
El estudio evidencia que la EOS afecta más a las mujeres que a los hombres. Según el criterio del WHS, la prevalencia en mujeres es del 21,3%, frente al 10,9% en hombres. “Las razones hormonales tienen un papel clave en esta diferencia”, explica en declaraciones a ConSalud.es el Dr. José Manuel Benítez del Castillo, presidente de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO). “Se ha descrito una prevalencia de hasta el 68% en mujeres postmenopáusicas”. También se ha identificado el uso de cosméticos como un factor agravante, ya que “sus compuestos pueden provocar ojo seco y blefaritis”, añade el experto.
Uno de los hallazgos más preocupantes del estudio es el alto nivel de infradiagnóstico, especialmente en los jóvenes. Mientras que la prevalencia en el grupo de 18 a 30 años es del 30% según los criterios del BES, solo el 5,7% ha sido diagnosticado por un oftalmólogo. “Esto demuestra la necesidad de aumentar la atención a esta enfermedad en los jóvenes, quienes están expuestos a un uso intensivo de pantallas”, señala Benítez del Castillo.
El trabajo también arroja datos curiosos sobre la relación entre el uso de pantallas y el diagnóstico de EOS. “Paradójicamente, encontramos que quienes pasan más de seis horas al día frente a dispositivos digitales tienen menos diagnósticos de ojo seco”, comenta el experto. “Esto se explica porque los pacientes con síntomas severos reducen voluntariamente su exposición a las pantallas para evitar molestias”.
En comparación con otros países, los datos en España muestran una prevalencia intermedia. En Estados Unidos se ha registrado un 8,1%, en Asia un 20,1% y en África un 41%. Hasta ahora, los estudios en España habían sido parciales y con datos dispares: un 11% en la comarca de El Salnés (Galicia) y un 57,7% en la población mediterránea.
Factores de riesgo e impacto en la calidad de vida
El estudio identifica cuatro factores de riesgo principales asociados a la enfermedad: diabetes, cirugía ocular, glaucoma y blefaritis. “En la diabetes, la neuropatía periférica reduce la sensibilidad de la córnea, disminuyendo la producción de lágrimas”, explica Benítez del Castillo. Asimismo, las cirugías oculares y los tratamientos para el glaucoma pueden provocar sequedad ocular, especialmente si contienen determinados conservantes.
Pese a la alta prevalencia y el impacto en la calidad de vida, los tratamientos para la EOS no están cubiertos por la sanidad pública. “Las lágrimas artificiales deben ser financiadas por los pacientes, lo que supone una carga económica, especialmente para los pensionistas”, denuncia el oftalmólogo. “Sería necesario que las autoridades sanitarias contemplaran su financiación, al menos en función de la renta, como ocurre con otros medicamentos”. De hecho, la EOS es una patología que “aunque no tiene cura, sí que existe un tratamiento para aliviar los síntomas”.
Ante este escenario, los expertos insisten en la importancia de la concienciación y la prevención. “La población debe conocer esta enfermedad y sus factores de riesgo. Es fundamental actuar a tiempo”, concluye Benítez del Castillo. La identificación temprana y la adopción de medidas como reducir el tiempo frente a pantallas o el uso adecuado de lágrimas artificiales pueden marcar la diferencia en la calidad de vida de los afectados.
(Noticia publicada en el portal ConSalud.es el día 20 de febrero de 2025)