El guionista de esta década de los 20 necesita tomarse un descanso. El volumen de eventos históricos es demasiado alto. Vivimos en una sociedad sometida a demasiado ruido y a una creciente polarización que embarra el debate público.
El guionista de esta década de los 20 necesita tomarse un descanso. El volumen de eventos históricos es demasiado alto. Vivimos en una sociedad sometida a demasiado ruido y a una creciente polarización que embarra el debate público.