De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el autismo afecta aproximadamente a 1 de cada 100 menores en todo el mundo, pero el diagnóstico es 4,2 veces mayor en los niños que en las niñas
Algo similar sucede con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), que según la OMS está presente en entre el 5% y el 7% de la población infantil mundial, pero con una mayor incidencia en varones
Existen diferencias en las características y desarrollo de las niñas que dificulta su diagnóstico, porque tienen elementos que hacen menos manifiestos estos trastornos del neurodesarrollo
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) aboga por poner el foco en el diagnóstico para frenar la desigualdad en estos casos
Madrid, 9 de octubre de 2025.- El sesgo de género es la diferencia en el tratamiento de ambos sexos con un mismo diagnóstico clínico, pudiendo tener consecuencias positivas, negativas o neutras para la salud de los mismos. Para evitar la desigualdad que se puede generar, es necesario tener en cuenta las diferencias biológicas, enfermedades, condiciones y experiencias vitales que afectan a ambos sexos, también en la infancia.
Así lo afirma la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) en el marco del Día Internacional de la Niña, que se celebra este 11 de octubre. Y es que mientras el sesgo de género está muy reconocido en la mujer adulta, con diversos estudios que demuestran las diferencias en aspectos diagnósticos y/o tratamientos en las mujeres (en enfermedades cardiovasculares, fibromialgia o enfermedades autoinmunes como el lupus, entre otras), todavía es necesaria mayor visibilidad cuando se habla de la infancia.
Este sesgo de género en la infancia está especialmente presente en el diagnóstico de algunos trastornos del neurodesarrollo, como el trastorno del espectro autista (TEA) y el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH). “En estos dos casos se ponen de manifiesto las diferentes características de niños y niñas en cuanto a su comportamiento. Los niños son más expresivos y las niñas más reservadas. En ocasiones, las chicas expresan menos sus preocupaciones y desde la Pediatría de Atención Primaria tenemos que estar vigilantes para que las niñas no sean infradiagnosticadas y, por ello, no reciban el tratamiento adecuado”, asegura el Dr. Pedro Gorrotxategi, presidente de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).