Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, el Grupo de Trabajo de Epidemiología Psiquiátrica y Salud Mental de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) pone el foco sobre estos fenómenos en el bienestar individual y colectivo
Los daños personales, materiales y la interrupción de la vida cotidiana que acarrean estas emergencias actúan como estresores que pueden causar ansiedad o trastornos de estrés postraumático
La SEE recomienda que los comités de planificación de emergencias y los servicios sociales y sanitarios incluyan asesoramiento de expertos en salud mental y epidemiología
Jueves, 9 de octubre de 2025.- Las emergencias sanitarias y las catástrofes naturales, como las inundaciones, las erupciones volcánicas, o los terremotos, tienen efectos psicológicos sobre la salud mental individual y colectiva. Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra este 10 de octubre, el Grupo de Trabajo de Epidemiología Psiquiátrica y Salud Mental de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), advierte del impacto de este tipo de catástrofes en la salud mental de la población.
La sociedad científica pone como ejemplo la gran carga de enfermedad mental asociada a las inundaciones súbitas, que persiste al menos durante tres años, de acuerdo con la evidencia científica disponible. A pesar de ello, la información sobre el impacto de las inundaciones en algunos grupos sociodemográficos, como las personas mayores, todavía es limitada.
Tras una catástrofe por fenómenos meteorológicos, como la DANA de Valencia, es frecuente el aumento de trastornos por estrés postraumático o ansiedad, especialmente entre quienes sufren pérdidas materiales o personales. Los daños en el hogar, las dificultades financieras, la interrupción de la vida cotidiana y los trámites burocráticos con los seguros pueden afectar en gran medida a la salud mental, y deben abordarse como parte integral de la respuesta a emergencias.
Por este motivo, la SEE recomienda que los comités de planificación de emergencias y los servicios sociales y sanitarios incluyan el asesoramiento de expertos en salud mental, epidemiología y salud pública, de modo que las respuestas ante desastres contemplen también el bienestar psicológico de la población. Además, propone que los trastornos mentales y del comportamiento sean incluidos en los sistemas de vigilancia de Salud Pública.
Coordinación entre departamentos y atención integrada
Para mitigar el impacto de las inundaciones y otros fenómenos meteorológicos sobre la salud mental, la SEE propone que las políticas, planes y programas de prevención y actuación establezcan una coordinación efectiva entre departamentos gubernamentales, servicios sociosanitarios, empresas de reconstrucción y aseguradoras para garantizar una reconstrucción precoz y reducir los factores de estrés secundarios.
Asimismo, la SEE es partidaria de aplicar modelos de atención socio-sanitaria integrada y escalonada, desde el apoyo comunitario y la atención primaria hasta los recursos especializados en salud mental. También señala la necesidad de combinar intervenciones preventivas y terapéuticas que minimicen el impacto psicológico de estos fenómenos en los afectados, así como mantener las medidas de apoyo a medio y largo plazo.
De esta manera, la SEE se suma al llamamiento global para visibilizar y priorizar la salud mental, también en situaciones de crisis y emergencia.