Los expertos informan de que las personas trans tienen un mayor riesgo de sufrir un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular o una trombosis venosa y, asimismo, tienen más probabilidad de sufrir cáncer de mama
Es fundamental que las personas trans se sometan a una valoración médica previa a la terapia hormonal para evaluar su salud ósea.
Los endocrinólogos destacan que la patología hipofisaria influye en gran medida en la calidad de vida de los pacientes, por lo que la concienciación social y la formación continuada de los profesionales sanitarios son esenciales para mejorar el diagnóstico y tratamiento.
Los especialistas inciden en la importancia del diagnóstico y tratamiento precoz para el adecuado abordaje del craneofaringioma y los tumores neuroendocrinos.
Granada, 17 de octubre de 2025.- “La terapia hormonal de afirmación de género va a modificar el riesgo oncológico de las personas trans, ya que una mujer trans tiene más probabilidad de padecer cáncer de mama que un hombre cis, aunque tiene menos riesgo de sufrir cáncer de próstata que un hombre cis”. Así lo ha afirmado la Dra. María Miguélez, médico especialista en Endocrinología y Nutrición de la Unidad Identidad de Género del Hospital Universitario Gregorio Marañón (Madrid) y miembro del Grupo Gónada, Identidad y Diferenciación Sexual de la SEEN, en la ponencia ‘Riesgo oncológico asociado al tratamiento hormonal’, en el marco del 66º Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), que se celebra en el Palacio de Congresos de Granada del 15 al 17 de octubre.
En relación a los avances, la Dra. Miguélez ha remarcado que, en la actualidad, se han producido grandes desarrollos en el ámbito de la medicina trans, como se evidencia en el aumento de publicaciones sobre este tema en los últimos años. No obstante, la experta ha declarado que “aún existen muchos aspectos que precisan una mayor investigación”.
En el Congreso de la SEEN, los expertos también han analizado el riesgo cardiovascular de las personas trans, ya que la mayoría de estudios ponen de manifiesto que tienen un mayor riesgo cardiovascular. “Tienen un mayor riesgo de sufrir un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular o una trombosis venosa que las personas cis. Existe un mayor riesgo cardiovascular, pero analizando la mortalidad no se aprecia un aumento en los hombres trans y puede que un ligero aumento en las mujeres trans”, ha manifestado la Dra. Marian Obiol, ginecóloga en la Unidad de Salud Sexual y Reproductiva Fuente de San Luis dentro del Departamento de Salud Hospital Universitario Doctor Peset y colaboradora de la Unidad de Identidad de Género Valencia -Doctor Peset (Valencia), en la ponencia ‘Salud cardiovascular en personas transgénero’.
Sin embargo, la ginecóloga ha especificado que “este aumento del riesgo cardiovascular no se debe exclusivamente al tratamiento hormonal, sino que existen otros factores no hormonales, como el estrés que supone pertenecer a una minoría sexual, la peor salud mental y la mayor prevalencia de obesidad y tabaquismo que empeoran la salud cardiovascular de estas personas”.
Evaluar la salud ósea del paciente antes del tratamiento, crucial
En cuanto a la salud ósea de las personas trans tras un tratamiento hormonal, la Dra. Mónica Tomé, médico especialista en Endocrinología y Nutrición en la Unidad de Atención a personas transexuales de Málaga en el Hospital Universitario Regional de Málaga, ha recalcado en la ponencia ‘Salud ósea en personas transgénero’ que el impacto de los tratamientos hormonales depende, en gran medida, de las condiciones basales del sujeto, su estilo de vida y sus factores de riesgo.
Asimismo, influye la edad a la que se realicen, por lo que una valoración médica previa es fundamental para obtener buenos resultados en salud ósea. “Para la optimización de la salud ósea es crucial la promoción de hábitos de vida saludables, ya que algunos factores como la realización de actividad física y la alimentación pueden ser modificables y han demostrado tener un papel determinante en la salud ósea del individuo”, ha argumentado la facultativa. Por otra parte, los endocrinólogos han valorado de manera positiva la investigación en este ámbito, por lo que instan a las sociedades internacionales como la Sociedad Internacional de Densitometría Clínica (ISCD) a alcanzar acuerdos para la aplicación de la densitometría ósea, que puede facilitar la interpretación de los resultados.
Avances en Neuroendocrinología
Asimismo, en el 66º Congreso de la SEEN se ha analizado las últimas novedades en el ámbito de la Neuroendocrinología, como por ejemplo en el abordaje de los tumores neuroendocrinos (TNE). Así, Mercedes Robledo, jefe de Grupo de Cáncer Endocrino Hereditario del Programa de Genómica del Cáncer del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), ha enfatizado en la ponencia ‘Bases genéticas de los tumores neuroendocrinos’, la importancia del estudio genético, que no solo ayuda a comprender la biología de los tumores neuroendocrinos, sino que también es fundamental para el diagnóstico precoz en pacientes y familiares portadores de mutaciones, la estratificación y la identificación de dianas terapéuticas, lo que facilita el desarrollo de tratamientos dirigidos.
Además, los tumores neuroendocrinos son heterogéneos, lo que puede provocar que se retrase el diagnóstico y, por lo tanto, la respuesta al tratamiento. “La heterogeneidad de la enfermedad exige un tratamiento personalizado, según la localización del tumor y el grado tumoral, lo que requiere una alta especialización”, ha remarcado Robledo.
En cuanto a la base genética de los tumores neuroendocrinos, depende del tipo en concreto, pero de manera global, alrededor de entre un 10-15% presenta un carácter hereditario, aunque existen grandes diferencias entre los diferentes tipos. La genética desempeña un papel crucial en el desarrollo de los TNE: entre un 20–30% tienen un origen hereditario asociado a síndromes genéticos como la neoplasia endocrina múltiple tipo 1 y 2 (MEN1, MEN2), la enfermedad de von Hippel-Lindau (VHL), la neurofibromatosis tipo 1 (NF1) o el síndrome de paragangliomas-feocromocitomas (SDHx, MAX, TMEM127, entre otros).
Hipófisis, ‘centro de mando’ de muchas funciones endocrinas
Otra de las ponencias que se han celebrado en el 66º Congreso de la SEEN se ha centrado en la hipófisis, una pequeña glándula situada en la base del cráneo que actúa como el “centro de mando” de muchas funciones endocrinas. Por ello, Rocío Villar, especialista en Endocrinología y Nutrición en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, ha manifestado en la ponencia sobre este tema que uno de los grandes desafíos para los profesionales sanitarios es el diagnóstico precoz, ya que los síntomas suelen ser inespecíficos y el retraso en la detección puede tener consecuencias importantes. “Además, es necesario garantizar un acceso equitativo a terapias avanzadas y reforzar la coordinación entre endocrinólogos, neurocirujanos, otorrinos, neuroradiólogos, patólogos y oftalmólogos mediante unidades multidisciplinares”, ha señalado la endocrinóloga.
Asimismo, se han producido grandes avances en este ámbito como la resonancia magnética de alta resolución y los avances en biomarcadores que permiten un diagnóstico precoz y más preciso. “La cirugía endoscópica o la radioterapia estereotáxica han mejorado también la eficacia en tumores hipofisarios, así como la seguridad, disminuyendo el riesgo de efectos adversos”, ha explicado la Dra. Villar.
La experta también ha enfatizado que la patología hipofisaria tiene un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes, “por lo que la concienciación social y la formación continuada de los profesionales sanitarios son esenciales para mejorar el diagnóstico y tratamiento”. Por último, los endocrinólogos han remarcado la necesidad de garantizar el acceso equitativo a terapias avanzadas.
Cabe destacar que la hipófisis produce hormonas que regulan procesos vitales como el crecimiento, la fertilidad, la lactancia, el metabolismo o la respuesta al estrés y coordina la actividad de otras glándulas como la tiroides, las suprarrenales o las gónadas. Así, el mal funcionamiento de esta glándula puede ocasionar un exceso o un déficit de hormonas, lo que puede provocar el desarrollo de enfermedades muy variadas: alteraciones del crecimiento (gigantismo o talla baja), trastornos menstruales e infertilidad, problemas de tiroides o de las suprarrenales, e incluso complicaciones cardiovasculares y metabólicas. Asimismo, los tumores hipofisarios, aunque en su mayoría benignos, pueden provocar síntomas neurológicos como dolor de cabeza o alteraciones visuales.
Por su parte, Víctor Rodríguez Berrocal, neurocirujano del Hospital Ramón y Cajal y coordinador de la Unidad de Patología Hipotálamo Hipofisaria del Hospital Ramón y Cajal de Madrid (CSUR), ha resaltado en la ponencia ‘Novedades en craneofaringioma’ la importancia del diagnóstico y tratamiento precoz para el adecuado abordaje de esta patología “por su crecimiento e invasividad local con el fin de poder maximizar las posibilidades de resección y control de la enfermedad en estadios más precoces y minimizar así también el riesgo de complicaciones”. El craneofaringioma es un tumor intracraneal raro derivado del tejido embrionario del conducto craneofaríngeo (suelo del tercer ventrículo, tallo y glándula hipofisaria). No obstante, a pesar de su benignidad histológica (grado I OMS), por su localización, sus repercusiones sistémicas y su tendencia al crecimiento e invasión hipotalámica responde a lesiones altamente complejas y constituyen un verdadero reto terapéutico.
En cuanto a la incidencia de este tumor, según diversos estudios, se estima en 0.5-2 casos por millón de personas al año y una prevalencia de 1-3 por 100000 habitantes, representando entre el 1-3% de los tumores intracraneales. En relación al perfil del paciente, existe un pico de incidencia entre los 5-15 años y otro más tardío en adultos a partir de los 50 años. Por sexos, afecta de manera similar.
Por último, el neurocirujano ha explicado que se han producido grandes avances tanto a nivel diagnóstico como terapéutico: “La caracterización molecular de las distintas variantes histológicas ha permitido introducir nuevos fármacos en el arsenal terapéutico especialmente de la variante papilar fundamentalmente”. Asimismo, el facultativo ha remarcado que se han mejorado los abordajes quirúrgicos a través de la vía endonasal endoscópica, “lo que permite una mejor visualización minimizando las complicaciones y maximizando las posibilidades de resección completa, ya que sigue el eje de la tumoración”.