Cada vez más jóvenes se autolesionan para aliviar una carga interna que no saben cómo expresar. A veces, el dolor emocional pesa más que el físico. Una experta en personalidad y psicología da las claves y respuestas a este problema en los adolescentes.
Después de clase, Iris se perdía por los pasillos vacíos de la facultad. Fingía buscar algo, pero en realidad intentaba encontrarse a sí misma. Sentía que su cuerpo caminaba, respondía, sonreía… pero algo dentro de ella se había quedado atrás. Buscaba silencio, pero lo que encontró fue un pensamiento persistente: el dolor físico era más soportable que el emocional. Y cuando se hizo daño por primera vez, sintió que aún estaba ahí.
Este relato ficticio refleja la lucha interna entre el sufrimiento y el deseo de sentirse mejor de muchos jóvenes y adolescentes. Entre un 15 % y un 25 %1 de universitarios españoles recurren a las autolesiones, según recientes encuestas anónimas y entrevistas2. Los resultados muestran que los universitarios forman una población especialmente vulnerable.
