Los recortes de Estados Unidos a la investigación amenazan más de la mitad de la financiación mundial de los estudios en cáncer
De la investigación en cáncer se benefician cada año más de 20 millones de pacientes diagnosticados con algún tumor en el mundo. Durante los últimos años la investigación ha aumentado mejorando la calidad de vida de los pacientes y su supervivencia, con una tasa actual de supervivencia del 55,3 % en hombres y 61,7 % en mujeres en nuestro país según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer. El objetivo es, al menos en España, alcanzar para 2030 el 70 % de supervivencia. ¿Cómo? Siguiendo la apuesta por la investigación oncológica no solo la nacional, sino también la internacional.
En la investigación global en cáncer cada país participa con menor y mayor implicación. De hecho, el reparto en la financiación es bastante desigual, como refleja el estudio ‘Financiación de la investigación pública y filantrópica, publicaciones y redes de investigación sobre el cáncer en la Commonwealth y en todo el mundo entre 2016 y 2023: un análisis comparativo’, publicado en The Lancet. Según este estudio que ha analizado las subvenciones a nivel mundial realizadas entre 2016 y 2023 por un importe total de 44.000 millones de euros, Estados Unidos ha sido el país que más ha cubierto esta inversión: hasta el 57% del gasto, 25.200 millones.
Por detrás, los estados miembros de la Unión Europea aportan una sexta parte de la financiación mundial para la investigación en cáncer en los sectores público y filantrópico, un 16,8 %, 7.400 millones de euros. Reino Unido sigue a la zaga a la UE como tercera fuerza mundial en el estudio oncológico aportando 4.900 millones de euros, un 11,1%.
Y como otras fuerzas en la investigación oncológica se encuentran Japón con un 3,6% de la cuota (1.600 millones de euros), Australia 2,9 % (1.300 millones de euros) y Canadá y China, cada uno aportando un 2,6 % (1.300 millones de euros). Por tanto, en general, son los países ricos los que más aportan a la financiación mundial en la investigación. Los países pobres contribuyeron con 48,4 millones de euros durante los ocho años que abarca la investigación, y recibieron menos del 0,1 % del total de subevenciones.
Los ámbitos en los que más se invierte son cáncer de mama, cáncer hematológico y en ensayos clínicos, quedando con una “seria subfinanciación” los ámbitos de quirúrgicos y radioterápicos. Como resultado, en los últimos años el número de investigaciones ha crecido de año en año con un incremento desde 2019 de un 12 % de ensayos iniciados. A su vez, el éxito de los programas de investigación ha ido aumentando: un 7% en 2024, según recoge el informe ‘Global Oncology Trends 2025′ publicado por el IQVIA.
Sin embargo, todos estos avances están amenazados. Esta financiación ha ido disminuyendo por parte de la mayoría de países desde 2016, menos en el caso de la Unión Europea, que ha aumentado su inversión. Además, no podemos olvidarnos de los recortes anunciados por parte de Estados Unidos.
Los recortes de Trump
El segundo nombramiento de Donald Trump como presidente de Estados Unidos llegó con una serie de recortes presupuestarios en ámbito sanitario dirigidos tanto a la Organización Mundial de la Salud como de los propios Institutos Nacionales de Salud (NIH). Una reducción de financiación que los expertos consideran que puede suponer un importante déficit en el ámbito oncológico, en el que EE.UU. soporta el peso del 57 % de la financiación de toda la investigación pública y filantrópica del mundo. Más de la mitad de toda la inversión mundial.
Para los autores del estudio de The Lancet, conocer el reparto de la inversión supone una ventana de oportunidad para responder al déficit en financiación que se puede producir. Unos recortes que “debilitarán significativamente los lazos de colaboración internacional, lo que dificultará el intercambio de ideas y habilidades”, arguyen. Por eso, señalan, los países que más aportan en investigación deben aumentar su participación transfronteriza: “La UE aumentará su participación del 4,18 % al 4,48 %, los países del G7 (Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, excepto EE. UU.) del 1,11 % al 1,20 %, el resto del mundo del 1,63 % al 1,89 %, la Commonwealth del 0,66 % al 0,69 % y los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) del 0,49 % al 0,99 %”.
Con esto, calculan, se podrá compensar el recorte de financiación. Además, llaman a: ajustar la financiación para destinarla a los cánceres más mortales y a los países con las peores tasas de supervivencia, crear centros de investigación en los países más pobres y crear programas para conseguir que las investigaciones se conviertan en tratamientos. “Esta es una oportunidad para que los gobiernos colaboren y lideren la investigación del cáncer cuando EE. UU. dé un paso atrás”, señalan. “Si se hace bien, esto podría transformar la forma en que el mundo lucha contra el cáncer, garantizando que ningún país se quede atrás simplemente por falta de recursos”, concluyen.
