La efectividad de esta unidad se fundamenta en un riguroso protocolo de actuación que busca optimizar los tiempos de respuesta. Asimismo, se fomenta la formación continua del personal involucrado, asegurando que estén actualizados sobre las mejores prácticas y avances en el diagnóstico de trastornos metabólicos y genéticos. La colaboración interinstitucional es crucial, promoviendo un flujo de información eficiente que respalde la intervención oportuna. Solo a través de estos esfuerzos coordinados se podrá garantizar una atención integral y de calidad a los recién nacidos, minimizando así los riesgos de complicaciones a largo plazo.
