Ayer domingo en el portal médico Redacción Médico se publicaba un artículo de opinión de Juan Abarca Cidón, Presidente de HM Hospitales. Este artículo, titulado «Los cuidados y la enfermería en el siglo XXI», resulta de candente actualidad. En primer lugar, por los temas que aborda y por otro lado por tratarse de una voz autorizada dentro de la sanidad privada para hablar alto y claro de ciertos temas de candente actualidad.
Este verano hemos sufrido un terremoto informativo, tras la declaración de emergencia por parte por la Organización Mundial de la Salud por la viruela del mono; un seísmo que está pasando ‘sin pena ni gloria’ entre nuestros responsables institucionales a nivel nacional. Afortunadamente que no ha habido consecuencias graves en España.
Por otro lado, si hemos asistido a un importante aluvión de reacciones de representantes médicas ante la guía publicada por el Ministerio de Sanidad (que publicó el BOE el pasado 19 de agosto) para la indicación por parte de la enfermería de medicamentos sujetos a prescripción médica para infecciones urinarias no complicada en mujeres mayores de 14 años.
Dicho de otro de modo, salvando un buen puñado de excepciones que aparecen descritas en la citada guía, se permite a las enfermeras que prescriban dos antibióticos que en cualquier momento pueden ser sustituidos por otros diferentes.
Según señala textualmente el propio Juan Abarca en el artículo, «Y es que esto de las guías para la dispensación de medicamentos por parte del personal de enfermería sujetos a prescripción médica, más allá de ser perfectamente variables y más en función de los sujetos, en mi opinión, es un error porque van en la dirección equivocada al confundir y mezclar lo que debe ser las competencias en el diagnóstico con las competencias sobre los cuidados».
Considera que las instituciones que representan al colectivo médico ha recurrido estas decisiones porque invaden sus competencias. El diagnostico inicial es competencia exclusiva de los médicos con el fin de poder hacer lo más importante en Medicina: el diagnóstico diferencial.
Para el propio doctor Abarca Cidón, la postura de los colectivos profesionales médicos es sensata y tiene su lógica. El diagnóstico diferencial en Medicina sólo se puede hacer desde el máximo conocimiento hasta la particularidad. Eso, por formación, les corresponde a los médicos.
Sin embargo, también realiza una reflexión muy transversal sobre los cuidados. Pide generosidad y apertura de miras para colaborar de verdad en el seguimiento y control de los pacientes a otros profesionales, con todo lo que ello implica, especialmente en la dispensación de medicamentos u otras funciones que pueden entenderse incluidas en la cartera de estos cuidados.
No obstante, es contundente en una idea. «Lo que está claro, del mismo modo, es que no puede ser que el primer nivel de atención, el que hace el diagnóstico diferencial, que es la clave, sea el personal de enfermería quien lo realice».
El Presidente de HM Hoteles es extremadamente critico con las guías publicadas desde el Ministerio. Considera que se trata de una pérdida de dinero, de tiempo y de recursos de todos los españoles. Guías que no tienen sentido ninguno porque cambian continuamente y porque la posibilidad de aplicar protocolos los hay tantos como personas.
Bajo su perspectiva, la clave pasa por la definición de cuidados de pacientes. Tradicionalmente, el médico es el responsable del diagnóstico y del tratamiento. Sin embargo, el responsable de los cuidados es el personal de enfermería. Por eso aboga por unos cuidados siempre bajo la indicación de los médicos y trabajando de forma colaborativa con ellos.
Actualmente se ha conseguido, gracias a la ciencia, que la policronicidad y el envejecimiento sean una realidad en nuestra sociedad. Por eso, los cuidados implican la dispensación de medicamentos para hacer seguimiento y control de esos pacientes. Siempre bajo el diagnóstico y control médico.
Esto ha dado lugar a que las competencias del personal de enfermería se hayan ampliamente y han cambiado sustancialmente. Esto requiere una reforma de las competencias globalmente. Así, los pacientes podrán atenderse de forma multidisciplinar por otros profesionales sanitarios, como sucede sin mayores problemas con odontólogos o podólogos.
«Esa reforma en el concepto de las competencias del personal de enfermería junto con el desarrollo pendiente de su especialización para que puedan alcanzar niveles de atención de cuidados a pacientes más complejos en disciplinas como la Oncología, la Cardiología o la Medicina Intensiva son movimientos absolutamente necesarios si queremos tener una oferta sanitaria que de verdad se adapte a las necesidades de los pacientes en el siglo XXI».
El doctor Abarca Cidón pone el foco sobre lo que se considera cuidados para los pacientes. Opina que el problema no es que falten médicos ni más pacientes.
Considera que el verdadero problema estriba en que los pacientes actualmente requieren mucho más control (a diferentes niveles) y seguimiento que hace varias décadas; actividad que realizan los médicos cuando podría hacerlo el personal de enfermería.
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